Aspectos importes para conocer si está padeciendo «Trastorno de Ansiedad por Separación» (TAS).
Cuando un bebé nace necesita de sus padres para sobrevivir. Pero a medida que va creciendo, va ganando poco a poco más autonomía con el aprendizaje de habilidades y esta dependencia disminuye. No obstante, a veces puede sufrir una etapa de regresión o períodos de inseguridad que pueden hacer que reclame más a su mamá para recuperar su estabilidad interna.
Por lo tanto, es cierto que los periodos de ansiedad elevadas por la separación forman parte del desarrollo normal y pueden indicar relaciones de apego seguras. Hay períodos de exacerbación y remisión, aunque a veces puede llegar a ser patológico.
Lo que se conoce comúnmente como “mamitis” se puede traducir en el ámbito clínico como “Trastorno de Ansiedad por Separación” o TAS. Es el trastorno de ansiedad más prevalente en menores de 12 años.
Se define tal que así:
“Miedo o ansiedad excesiva o inapropiada para el nivel de desarrollo concerniente a la separación de aquellas personas por las que siente apego”.
Es decir, que el principal signo es que el niño tiene mucho miedo cuando se separa o prevé que se va a separar de las figuras de apego. Pueden ser tanto mamá como papá, pero sobre todo suele ser la mamá en la mayoría de los casos.
Las manifestaciones o signos de la mamitis o apego excesivo son las siguientes:
- Malestar excesivo y recurrente cuando se prevé o se vive separación del hogar o figuras de mayor apego. Te reclama constantemente y no te deja ni dos minutos sola.
- Preocupación por la posible pérdida de los padres o que puedan sufrir daño.
- Preocupación por la posibilidad de un acontecimiento adverso (ser raptado, perderse).
- Resistencia a salir lejos de casa (por ejemplo, escuela). Llora desconsoladamente cuando lo dejamos en la escuela y tenemos que irnos, hasta convertirse en una rabieta.
- Miedo a estar solo en casa u otros lugares.
- Pesadillas sobre la separación en las que se despierta reclamándote y sólo tú puedes consolarle.
- Resistencia a dormir fuera de casa.
- Quejas sobre síntomas físicos cuando se produce o se prevé la separación.
Ahora bien, ¿Cuáles pueden ser los posibles orígenes de la ansiedad por separación? Las explicaciones etiológicas son diversas y dependen de muchos factores. Entre los más estudiados destacan:
- Fuerte apego: el niño tiene miedo de que le ocurra algo malo a si mismo o su madre durante la separación.
- Celos ante la llegada de un hermanito.
- Experiencias vitales estresantes, especialmente una pérdida (muerte de una mascota, enfermedad propia o de un familiar, cambio de colegio, divorcio, catástrofe natural, etc.)
- Familiares con trastorno de ansiedad.
- Padres ansiosos y pautas de crianza excesivamente protectoras.
- Ciertos patrones de temperamento como el retraimiento social y la inhibición conductual.
- El TAS puede ser hereditario. Se estima que hasta un 73% y las cifras más altas se dan en niñas.
Sea cual sea el origen o desencadenante, si identificamos varios de los signos o de las manifestaciones clínicas mencionadas anteriormente, es posible que nuestro/a hijo/a padezca Trastorno de Ansiedad por Separación (TAS).
En este caso, el equipo Actitude Psicología le ayudará a usted y a su familia con un tratamiento especializado para recuperar vuestra calidad de vida.
Referencias:
American Psychiatric Association., Kupfer, D. J., Regier, D. A., Arango López, C., Ayuso-Mateos, J. L., Vieta Pascual, E., & Bagney Lifante, A. (2014). DSM-5: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (5a ed.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.